WAVES OF WORDS/ONDAS DE PALABRAS




We're sure many of us have gone through storms where some of the biggest tidal waves we’ve encountered were ones that consisted of salty nouns that our already guilt ridden or anxiety driven minds struggled to digest.
 
You find yourself drowning in the hefty waves of these words. It’s distasteful, every time you gasp for some air during the short moments when your exhausted body manages to come above water, you gag on another gulp full of cold saltwater that struggles down your overworked lungs and parches your mouth all over again. These are the words that we’ve given enough authority in our journeys to hold the power of life or death over our hardships and struggles.

They’re the words we’ve allowed to determine if we’re going to sink or continue swimming through the storm.

As everyone knows with every storm comes anxiety and depending on the personality and our choice of response, our reactions will vary; thankfully, Jesus leaves us a great example of how to respond to these waves of life.

In Philippians 4:6-7, Paul challenges us to be anxious about nothing, but by prayer to present it to God with thanksgiving. These words are almost equivalent to someone telling you to calm down when all the anger that you’ve internalized finally resurfaces. It’s easy for the person who isn’t offended or who doesn’t understand the trial you’re going though to tell you to not be anxious, but Paul does understand.

While he’s writing this letter to the Phillippian church he’s behind bars in prison for preaching the Gospel. Paul understands that as we cast our cares to the Lord, that we can find peace in the midst of our circumstances that not only surpasses our understanding, but also guards our hearts and our minds. Words are a product of someone’s voice and voices are a product of people’s perspectives, so if we’re not careful to discern whose voice we’re going to listen to, it could become spiritually detrimental in our pursuit for Jesus.

You have the choice to listen to the voice of the Lord or the voice of those whose perspectives don’t align with the power of Jesus Christ.

In Mark 4:35-41, after a full day of Jesus teaching his followers and disciples, he and his disciples were going to the other side of the lake when a ‘furious squall came up, and the waves broke over the boat, so that it was nearly swamped’. Jesus was sleeping through the storm until the disciples woke him asking him, ‘Teacher don’t you care if we drown?’ The Lord doesn’t even bother to entertain their doubt and fear; scripture depicts Jesus getting up, rebuking the wind and telling the waves, ‘Quiet! Be Still!’. When the wind died down and it was completely calm, he says to his disciples, ‘Why are you so afraid? Do you still have no faith?’…

Jesus in his humanness was able to sleep through the storm because of His connection to the God the Father. In that moment of fleshly vulnerability, His faith in the power of the Father reigned over the natural interruptions of life. Even when He woke up and was challenged with the anxious voices of his disciples He GETS UP, REBUKES, and TELLS THE ‘WAVE TO BE QUIET AND BE STILL’.

"Here’s the sad truth about current Christianity; there are too many of us that live our faith out as if the anointing and authority that rose Jesus from the dead stayed in the tomb"  

-Pastor Jonathan Robles 

Our connection to God won’t simply ease our minds, it’ll help us die to our flesh so that supernatural peace can reign in our hearts. It’s the kind of peace that will allow us to sleep through the storm. A peace that reminds us the Lord gives us authority to tell the storm to BE STILL. 

A peace that intimidates the spectators that haven’t fully experienced and accepted the fullness of God. A peace that eventually will drown out the voices of death and shame over your life. 

We encourage you to examine your current journey with Christ to evaluate what waves of words are nearly swamping the very resources the Lord provided you with to get to the other side of your storm. What voices can you be more cautious about listening to? What storms of life do you need to wake up to, face and rebuke? Whatever it may be, our prayer is that you find the peace you need to exercise the authority given to you through Christ.


Estamos seguros de que muchos de nosotros hemos pasado por tormentas donde algunas de las olas más grandes que hemos encontrado fueron las que consistían en nombres destructivos que nuestras mentes ya cargadas de culpa o ansiedad luchaban por digerir. 

Te encuentras ahogado en las fuertes olas de estas palabras. Es desagradable, cada vez que respiras un poco de aire durante los breves momentos en que tu cuerpo exhausto logra a salir del agua, te asfixias con otro trago lleno de agua salada fría que te deshidrata de vuelta. Estas son las palabras que le hemos permitido suficiente autoridad en nuestras jornadas para mantener el poder de la vida o la muerte sobre nuestras dificultades y luchas. 

Son las palabras que hemos permitido determinar si vamos a hundirnos o continuar nadando durante la tormenta. 

Como todos saben, con cada tormenta viene la ansiedad y dependiendo de la personalidad y nuestra elección de respuesta, nuestras reacciones variarán; Afortunadamente, Jesús nos deja un gran ejemplo de cómo responder a estas olas de la vida.

En Filipenses 4:6-7, Pablo nos reta a no estar ansiosos por nada, sino por la oración para presentarlo a Dios con acción de gracias. Estas palabras son casi equivalentes a que alguien te diga que te calmes cuando toda la ira que has internalizado finalmente reaparece. Es fácil para la persona que no está ofendido o que no entiende tu sufrimiento decirte que no te preocupes, pero Pablo si lo entiende. Mientras escribe esta palabras, el está tras las rejas en la cárcel por predicar el Evangelio. Pablo entiende que al rendir nuestras preocupaciones al Señor, podemos encontrar paz en medio de nuestras circunstancias que no solo supera nuestro entendimiento, sino que también protege nuestros corazones y pensamientos. Las palabras son producto de la voz de alguien y las voces son producto de las perspectivas de esas personas, por lo que si no tenemos cuidado de discernir de quién es la voz que vamos a escuchar, podría ser espiritualmente perjudicial en nuestra búsqueda de Jesús.

Tienes la opción de escuchar la voz del Señor o la voz de aquellas perspectivas que no se alinean con el poder de Jesucristo.

En Marcos 4:35-41, después de un día entero de Jesús enseñando a sus seguidores y discípulos, él y sus discípulos iban al otro lado del lago cuando surgió una lluvia furiosa y las olas rompieron sobre el bote, de modo que estaba casi inundado '. Jesús estaba durmiendo durante la tormenta hasta que los discípulos lo despertaron preguntándole: "Maestro, ¿no te importa si nos ahogamos?". El Señor ni siquiera se molesta en entretener esas dudas y miedos; La escritura muestra a Jesús levantándose, reprendiendo al viento y diciéndole a las olas: ‘¡Silencio! ¡Estate quieto!'. Cuando el viento se calmó y estaba completamente tranquilo, les dice a sus discípulos: ‘¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Todavía no tienes fe?'

Jesús en su humanidad pudo dormir durante la tormenta debido a su conexión con Dios su Padre. En ese momento de vulnerabilidad carnal, su fe en el poder del Padre reinaba sobre las interrupciones naturales de la vida. Incluso cuando se despertó y fue desafiado con las voces ansiosas de sus discípulos, SE LEVANTÓ, REPRENDIÓ, Y LE DICE AL MAR "CALLA, ENMUDECE ".

"Esta es la triste verdad sobre el cristianismo hoy, hay demasiados de nosotros que vivimos nuestra fe como que la unción y la autoridad que resucitó a Jesús permaneciera en la tumba todavía."

-Pastor Jonathan Robles 

Nuestra conexión con Dios no solo aliviará nuestras mentes, nos ayudará a morir en nuestra carne para que la paz sobrenatural pueda reinar en nuestros corazones. Es el tipo de paz que nos permitirá dormir durante la tormenta. Una paz que nos recuerda que el Señor nos da autoridad para decirle a la tormenta ‘CALMA’.

Una paz que intimida a los espectadores que no han experimentado y aceptado completamente la plenitud de Dios. Una paz que eventualmente ahogará las voces de la muerte y la vergüenza sobre tu vida.

Los retamos a examinar su viaje corriente con Cristo para evaluar qué oleadas de palabras están casi inundando los mismos recursos que el Señor le dio para llegar al otro lado de su tormenta. ¿Qué voces puedes ser más cauteloso al escuchar? ¿A qué tormentas de la vida necesitas despertarte, enfrentar y reprender? Sea lo que sea, nuestra oración es que encuentres la paz que necesitas para ejercer la autoridad que se te ha dado a través de Cristo.

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